Te soy tan presente en mi ausencia
Que me he quedado sin saber a tu lado
Hasta verte morir en recuerdos
Hasta ahogar con tu cuerpo un quebranto.
Y es que las noches ya no se miden con tus gemidos
Ni las almas se baten en las sabanas:
Enmarañados de pudor tus pies soberbios,
Cercenadas mis caricias, y no por tus manos.
Y es que el “ahora” ya no llega a golpear el rostro
Y tú “tarde” se va si hallas tu beso en mis pasos,
Deja que las miradas no quepan en el vacío de la espera,
Ni que el recuerdo se quede en sueños mojados.
29 de noviembre de 2010
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